Tres principios para ser exitosos en todos los proyectos

No sé si le ha ocurrido, pero en más de una ocasión he concebido proyectos que— a pesar de lucir prometedores y con todas las circunstancias a favor —, terminaron en un rotundo fracaso.

Por supuesto, además de recoger los despojos de una idea o plan que pudo ser maravilloso, experimenté frustración y— en más de una ocasión— me asaltó la convicción de no volver a intentarlo.

¿Acaso soy el único? Puedo intuir que está sonriendo. A usted le ha ocurrido tantas veces como a mí.

La razón es sencilla. Generalmente hacemos planes sin contar con la voluntad de Dios. Confiamos solamente en nuestras actitudes y aptitudes, y creemos que es suficiente. El resultado es un absoluto fracaso.

Comparto con usted tres principios sencillos pero prácticos que permitirán la materialización de todo aquello que anhela.

1. Cambie el curso de la historia

Si hasta el momento su vida ha sido una sucesión de fracasos, opte por cambiar el curso de la historia. Nadie más que usted podrá tomar esa decisión.

Para hacerlo, afínquese en un pasaje bíblico que imprime cambios en nuestra forma de pensar y actuar. Lo encontrará en el libro de los Salmos: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará.” (Salmos 37:5)

Este pasaje nos enseña tres pilares importantes:

• Someter todos nuestros planes y proyectos en manos del Señor.
• Depositar toda nuestra confianza en Dios.
• Esperar en el tiempo de Dios.

Medite en estas pautas de vida. Llévelas a la práctica. Encontrará que todo cambia, tanto en su vida como en la de su familia. Es el primer paso para ser exitosos.

2. Permite que dios controle sus proyectos

Los proyectos que usted ha concebido pueden ser muy buenos, pero pretender su materialización en las fuerzas propias, puede llevarlo a experimentar sorpresas desagradables. Sencillamente todo termina mal. No es un solo proyecto lo que demanda la Escritura, sino la totalidad de cuanto planeamos. El resultado será la conclusión exitosa. Dejaremos de enfrentar la frustración por hacer las cosas a  nuestra manera. Dios tiene un poder ilimitado que obrará a favor nuestro.

3. Rinda su vida a cristo

El origen de nuestros fracasos estriba en dejar de lado a Dios en lo que pensamos y hacemos. Es hora de volvernos a Él. La mejor forma de hacerlo, es recibiendo a Jesús en nuestro corazón como Señor y Salvador.

Tome esta decisión. Es la mejor que jamás podrá  asumir. Podemos asegurarle que imprimirá un cambio definitivo en su existencia, y en particular, en aquello que planea realizar hacia el futuro.