Preste atención a los estados de ánimo de sus hijos
¿Está atento a los cambios en los estados de ánimo de sus hijos? ¿Sabe que podrían estar enfrentando depresión o ansiedad? ¿Ha pensado que podría desatar consecuencias que afectan su vida emocional? El asunto es delicado y los padres estamos llamados a prestar atención a esta situación.
Uno de los aspectos más preocupantes radica en la ansiedad. Cuando los chicos atraviesan períodos así, disminuye su rendimiento escolar, evidencian comportamientos que podrían ser tiltados de rebeldía y, además, tienden a aislarse del círculo familiar y de sus amistades.
¿Cómo lo descubrimos? Con algunos aspectos de su comportamiento, por ejemplo: Aumento de la frecuencia cardíaca o palpitaciones, aumento de la frecuencia respiratoria, inquietud motora, alteraciones del sueño, dolores musculares inexplicables, cólicos o diarrea, dolores de cabeza, visión borrosa y en algunos casos, resequedad en la boca. Por supuesto hay muchos más, pero los que acabamos de describir son los más frecuentes.
Rodeados de peligros
Los peligros y amenazas están por todas partes: En la casa, los colegios, la calle y la oficina.
Al referirse a la ansiedad, el siquiatra, Lucio David González, señala que es
”... una expresión de malestar físico y psíquico al que no se le encuentra explicación, que si bien todos los seres humanos experimentamos en algún momento, puede llegar a tornarse crónica y exagerada, con una marcada sensación de que algo malo va a ocurrir, hasta el punto que termina por afectar todas las áreas de la vida, como la familia, el trabajo y las relaciones sociales.” (Citado en el diario El País. 28/08/2015. Edición impresa. Colombia)
En algunos casos puede confundirse con la depresión, debido a que tienden a ir de la mano. La diferencia radica en que la depresión se produce como una respuesta de tristeza frente a una pérdida, mientras que en el síndrome de ansiedad la reacción ocurre ante un conflicto y lo central es la sensación de aprehensión o temor frente a algo que no ha ocurrido.
Origen de la ansiedad en los hijos
¿Qué produce la ansiedad en nuestros hijos? Los especialistas coinciden en asegurar que hay varios factores, entre ellos la personalidad, la crianza, las experiencias, el medio ambiente inciden y la capacidad de los adolescentes o jóvenes para afrontar situaciones difíciles y controlar sus emociones.
Los padres debemos estar atentos a los cambios en el estado de ánimo de infantes, adolescentes y jóvenes. Intervenir a tiempo y no esperar a que la situación se complique.
Ir al médico es una opción aconsejable. Generalmente le dan manejo con sicoterapia a nuestros hijos cuando evidencian comportamientos revestidos de ansiedad.
Una perspectiva bíblica para el manejo de la ansiedad
Sin duda la sicología en nuestro tiempo ha hecho avances de significación para tratar situaciones complejas como la ansiedad. Son una buena alternativa para un buen tratamiento, y más tratándose de nuestros hijos, para quienes siempre queremos lo mejor.
No obstante, el mejor remedio para toda persona que atraviesa períodos de depresión o ansiedad, es volverse a Dios. Es un principio que aplica a nuestra vida pero que es fundamental enseñar a nuestros hijos. Recordarles que sólo Dios tiene la salida al laberinto y llena nuestro corazón de una paz duradera.
El rey David escribió hace siglos una poderosa verdad de la que es necesario apropiarnos: "Echa sobre el SEÑOR tu carga, y El te sustentará; El nunca permitirá que el justo sea sacudido.” (Salmos 55:22. La Biblia de Las Américas)
El apóstol Pedro también hizo su aporte, y nos enseña que todo cuanto nos preocupa — sean asuntos pequeños o de complejidad — debemos entregarlos en Sus poderosas manos. Él recomendó: "…Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El os exalte a su debido tiempo, echando toda vuestra ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de vosotros. “ (1 Pedro 5:6, 7: La Biblia de Las Américas)
Si Dios ocupa el primer lugar en nuestras vidas, en nuestras familias y por supuesto, en nuestros hijos, podemos tener la certeza que encontraremos salida a la encrucijada. La ansiedad, la depresión y la angustia no podrán robarnos la felicidad. Y además de la paz y el sosiego, nuestro amado Padre celestial siempre nos permitirá encontrar soluciones a los problemas.
Dios es el camino que debemos seguir si nuestro anhelo es experimentar tranquilidad en medio de las dificultades diarias. A propósito, ¿ya recibió a Jesús como su Señor y Salvador? ¿Ha enseñado a su cónyuge e hijos la importancia de darle al Señor el primer lugar de sus vidas? Recuerde que es un paso que nos lleva a emprender el maravilloso proceso de crecimiento personal, espiritual y familiar que siempre hemos anhelado. ¡Decídase hoy por Jesucristo en su corazón!
Publicado en: Estudios Bíblicos
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