Libérese del correo electrónico para vivir mejor
Si desea disfrutar más tiempo para pasarlo en familia, leer un buen artículo en la prensa o sencillamente disfrutar un entretenimiento que le resulte gratificante, la primera decisión que debe tomar hoy es liberarse del correo electrónico.
¿Renunciar a los mails? No. Le estamos invitando a hacer una sencilla pero sincera reflexión de cuántas horas toma diariamente leyendo y contestando mensajes que, sencillamente, no son importantes.
Lo más probable es que descubrirá que buena parte de esos minutos, pudo invertirlos en usted mismo y en los seres queridos.
En el mundo hay 4.116 millones de cuentas de correo electrónico, y unos 2.504 millones de usuarios, que se envían o reciben 196.300 millones de correos al día. La mayor parte del tráfico de e-mails proviene del mundo empresarial, cuyas cuentas exceden los 108.700 millones de correos diarios.
Y las perspectivas son aún peores: se espera que el número promedio de correos diarios entre trabajadores crezca desde los 121 actuales hasta los 140 en el 2018.
Defina un horario específico cada día
Cuando estamos atentos, a toda hora, sobre los nuevos correos electrónicos, nos dispersamos. Lo fundamental es definir un espacio específico para revisar nuestro buzón, identificar cuáles son importantes y arrojar al cesto de la basura los que no sirven para nada, por ejemplo, la propaganda comercial.
Piense que, por ejemplo, recibe 100 correos diarios. De ese conjunto, ¿cuántos son realmente importantes? ¿Cuántos debe responder? ¿Cuántos son simplemente para información? ¿Cuántos debería desechar de inmediato o marcarlos como spam?
Este diagnóstico inicial le ayudará mucho si desea liberarse de tantos compromisos que se asumen a través de los medios electrónicos, muchos de ellos innecesarios.
Hay quienes aconsejan, de otra parte, que el buzón de nuestra cuenta debe revisarse media hora al llegar a la oficina, media hora al mediodía y media hora antes de ir a casa. Es una decisión que cada quien debe asumir si considera que se ajusta a sus necesidades y disponibilidad de tiempo.
Un correo genera interrupciones
Los especialistas consideran que el solo hecho de recibir un e-mail genera una interrupción tras la que se tarda un promedio de 64 segundos en volver a concentrarse. Incluso borrarlos quita tiempo: unos 76 segundos para leer y entender cada mensaje.
Un estudio que dirigió Thomas Jackson, investigador en la Universidad de Loughborough (Inglaterra), estableció que la pérdida de tiempo por leer correos les estaba costando a las compañías más de 15.000 dólares anuales por empleado. Los costos pueden variar en cada empresa, por supuesto.
De la mano con este análisis está el hecho de que, de acuerdo con el estudio, los trabajadores presentaban más estrés cuando recibían o leían correos que tenían que contestar que cuando realizaban tareas de revisión y recuperación de mensajes pendientes.
Contestadores compulsivos de correos
Hay personas— desconozco si usted se encuentra entre ellas— que sufren una verdadera compulsión por estar pendientes de qué mensaje les llegó.
Una ejecutiva escribió: “No pasan más de cinco minutos sin que lo revise, es una constante. Me da mucho miedo perderme de algún pedido importante y quedar mal, o dejar mal a la compañía. Y por eso uno contesta el correo de inmediato, para demostrar que es un buen trabajador. Pero no es así, y esa idea se ha vuelto un problema. No quedo tranquila sin revisar mi correo antes de dormir; y si no estoy haciendo una tarea de mucha concentración, lo dejo abierto”.
Cuando se torna adictivo, leer los mensajes pasó de mera curiosidad a un problema que debemos enfrentar.
Lo interesante es que aun cuando el correo electrónico tiene más de 43 años de vigencia no hacemos buen uso de esta herramienta.
Encontrando soluciones al problema
Un primer análisis que debe hacer se enfoca en disfrutar cada instante de su vida, que es único e irrepetible, y dejar de lado las cadenas de un correo electrónico que quiere robarle cada segundo. El mundo no se caerá a pedazos si usted deja de responder un mail.
Abra el correo y responda aquellos mensajes que realmente requieren de su atención. Comprobará que algunos son intrascendentes o, definitivamente, no ameritan sino un texto corto, como el que usamos en el whatsapp. Cortos, claros, preciosos y en menos de tres líneas.
Hay casos en los que escribir un sí, o quizá un no, basta. Es más que suficiente para despejarle inquietudes a quien nos escribió.
Lo que sí debemos ser conscientes, es que llegó la hora de gestionar el correo. No podemos convertirnos en esclavos de la tecnología. Hay que priorizar los correos relevantes. El resto pueden organizarse mediante reglas y filtros, y revisarse después”.
Siete consejos para liberarse del correo
Si la meta es hacer desde hoy una buena gestión con el correo electrónico, resulta importante cambiar nuestros hábitos. En esa dirección, compartimos con usted algunos consejos:
- Utilice la función de correo no deseado.
- Dese de baja de las listas de correos inútiles para usted.
- Defina un horario específico para responder correos. Trate de ajustarse a esa decisión diaria.
- Cree una carpeta de correos prioritarios, por asunto o remitente. Allí llegarán automáticamente los ‘e-mails’ más importantes para usted. Puede clasificar sus correos, marcarlos por colores y filtrarlos.
- Deje de enviar correos a quienes se encuentran en su misma oficina. Quizá le ahorrará dar unos cuantos pasos, pero le tornará esclavo del chat. Resulta más fácil contactarle por teléfono.
- Evite responder ‘gracias’ o ‘recibido’, salvo que sea absolutamente necesario.
- Sea corto, directo y preciso en sus ‘e-mails’. Los mejores correos son aquellos que se responden solo con la línea de asunto.
Estos siete pasos le cambiarán por completo su perspectiva del correo electrónico, su utilización del tiempo y, podemos asegurarle, traerá una mejor comunicación con su familia y el disfrute de tener más minutos disponibles.
¿Por qué es importante el tiempo?
La mejor respuesta para quien pregunta por qué es importante el tiempo, la podemos dar a partir de mirar cada segundo, minuto y hora, como una chequera que debemos saber manejar. Cada minuto debemos invertirlo apropiadamente, y lo fundamental es que esa inversión sea en nuestra vida y en la de nuestra familia.
El rey Salomón advirtió hace muchos siglos: “… pues hay un tiempo y un modo para cada cosa, incluso cuando uno está en apuros.” (Eclesiastés 8:6. NTV)
También el apóstol Pablo aborda el asunto cuando escribe: “Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos. No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan.” (Efesios 5:15-17. NTV)
La tecnología es importante, pero no está por encima del uso que hacemos del tiempo que Dios nos ha provisto para día para que hagamos buen uso de casa instante.
Adelante. Recupere su libertad. Aproveche cada espacio para vivirlo plenamente en el Señor, no prendidos de un dispositivo electrónico que llega a robarnos incluso la paz interior.
Si aún no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Ábrale las puertas de su corazón. No se arrepentirá, porque Jesucristo transforma nuestra vida personal, espiritual y familiar como siempre lo hemos anhelado.
Publicado en: Estudios Bíblicos
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